Mi (bonita) experiencia en El Pinchazo de La 7
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| Con Alex "Gauchito" y Fran Sáez en El Pinchazo (21-05-2025) |
Mis expectativas se vieron sobrepasadas con una facilidad pasmosa. Ésa es la frase fina que se me ocurre. Que me lo pasé de la hostia, con perdón de los curas, es la frase de verdad. Los días 20 y 21 de mayo tuve la oportunidad de ir a divertirme al ya clásico concurso de La 7 Región de Murcia, El Pinchazo. A ver, antecedentes. Yo recuerdo haberlo visto veces sueltas, cuando lo presentaba Antonio Hidalgo y también después con Fran Sáez. Claro, lo veía y a mi agüela le decía lo típico: "Voy a coger el número de teléfono para apuntarme". En ese tiempo era por parejas. Nada, no se animaba nadie. Ni en broma ni en no broma. Se quedó ahí en el aire, como imagino le habrá pasado a mucha gente. Tanto tiempo después, me comenta una tía mía: "Oye, ¿y tú por qué no te apuntas al Pinchazo? Yo, como los tontos, respondí con otra pregunta. ¿Pero eso es por parejas, no? ¿Vamos los dos? Ahí fue cuando me enteré que ahora lo hacían de manera individual. Sólo uno por uno. Rollo Saber y Ganar. Y dije, pos vale. Total, que mandé al número un vídeo de presentación y se pusieron en contacto conmigo. Desde aquí, agradecer especialmente a Carolina (la pesada de los guasaps, dice ella) por todas sus indicaciones hasta el día D. Y por sus stickers personalizados de Gauchito y Fran. Me descacharré de la risa con eso.
No daré muchos detalles sobre la ubicación del sitio. Está por Atalayas. Eso otra. Yo pensaba que estaría en la sede que tienen al salir (o al entrar, dependiendo) de Molina, al lado del tanatorio. Pero no no no. Ahí graban otras cosas. Bien. Entras por la puerta y ves como el típico porche de las casas de bajo pero multiplicado por 10. Una entrada amplísima. Fui con mi madre y la susodicha tía. Al fondo, había unas sillas y un sofá con familiares viendo el programa en una tele hermosa. Como en ese momento no había nadie para recibirnos, toqué a una puerta con un cartel que ponía "Redacción Ailoviu". También se graba el Juan y Medio murciano ahí, bueno. Abre la puerta quien supe más tarde era Virginia Muñoz. "Hola, soy Alfonso". "Muy bien, ¿vienes al Pinchazo? Sentaos por ahí". Y ahí nos quedamos, viendo el pograma (si Ferran Adrià dice pograma, por qué no lo puedo decir yo) desde fuera. Muy divertido ya desde fuera, observando los secretos de la tele, esto es, cortes, parones, mantenimiento del tipo, un poquito de agua y prevenidos. Me llama Mery, de Maquillaje. Verás tú, me van a dejar marrón. En realidad no. Le digo que estoy nervioso porque, además, hay que bailar al principio del pograma. Muy amable ella, me dijo que era fácil, que ella misma nos lo iba a enseñar. Realmente, yo lo había ensayado en casa pero quería que me tuvieran algo más de paciencia de la normal. Además, me preguntó por la hache que le había añadido a la pegatina protocolaria con mi nombre (HALFONSO). Tiene poca historia: Carolina me preguntó qué nombre me ponía y yo le contesté que Alfonso con hache. Por hacer la gracia, básicamente. También es cierto que me llamo así en Instagram y TikTok. Lo que vino después no me lo esperaba ni del palo. Me vuelvo para fuera. De repente, veo en el plasma a uno de los concursantes el cual me empieza a sonar un huevo pero no sabía de qué. Pregunté a su pareja. ¿Puede ser que haya visto a este zagal en el TikTok? Y efectivamente, era nada más y nada menos que Chorry Lorca. Qué fenómeno.
Poco antes de empezar me microfonan. "Yo no toco nada por si da la rampa", dije. Terminan, llega el momento. Abren las puertas del plató como quien se las abre a los miuras. Entro con Paco, un señor muy educado que llevaba varios programas, y me comenta que me van a preguntar por un canción para ponerla luego. De acuerdo. Miro y es todo oscuridad y en el horizonte luz. Atravieso el plató del Ailoviu para caer en la atmósfera de El Pinchazo: unos focos enormes, la grúa, la decoración y sus protagonistas. Veo sentado, haciendo tiempo, a Fran Sáez, quien me saluda. Ya había cachondeo con la H. Saludo a Gauchito (qué majo es) y le preguntó cuál es su nombre real. "Alex". Perfecto. Y me pregunta antes de grabar por una canción. No dije mi favorita favorita, que es Pacto entre caballeros de Joaquín Sabina ni tampoco ninguna de Camela, Camarón, Tino Casal o Ilegales. Una que pegue, pensé. Pues Mi güertica murciana, de Fenómenos Extraños. Nada, sin problema. Viene Mery para ensayar el bailecico. Coño, ¡me salió a la primera! Increíble. Y ya empezamos del tirón. De buenas a primeras te ves en la tele. ¿Cómo es que estoy yo aquí? Te sientes en algún momento como pez fuera del agua, disociado incluso. Una vez grabando, la cosa fluye. Fluye, claro, gracias principalmente a los presentadores, quienes tratan de luchar contra el silencio y la sequedad natural del ambiente televisivo. Verdaderamente, no recuerdo cuántas tonterías/frikadas solté, pero el caso es que me empezaba a sentir más o menos cómodo. Jugando con el Chorry Lorca (lolazo) y Paco. Mentiría si dijera que mi intención era solamente pasármelo bien (que sí) y tener una nueva experiencia. Me hacía mucha ilusión seguir al menos un programa más. Y, afortunadamente, lo pude conseguir. Lo que me supo mal fue que se quedara fuera Chorry Lorca, eso sí. Competí con Paco para ir a por el bote y creo que me quedé a una de empatar con él. Pero bueno, yo ya estaba satisfecho. Al mismo tiempo, seguía en estado de tripi admirando ese invento tan curioso que es la televisión. Fin de la tarde. Vuelta al mundo real.
Día siguiente. Que me traiga ropa de cambio por si sigo en el concurso. Llego con tiempo de antelación. Me entretuve viendo el Ailoviu. Antes de entrar vemos a Óscar Martínez, presentador del mismo, que seguía por ahí haciendo cosas. Se hizo una foto con mi madre y me dijo de broma: "La primera es la A". Salí en el segundo programa con la camiseta color rojo Cartagena diseñada por Gavin, el guiri murcianista, la cual reza: "¿Que si todavía soy del Real Murcia?" (detrás). "¡Que sííííí tontolpijo! TODAVÍA" (delante). Ahí, representando. En esta ocasión, la nueva concursante era María, una mujer rockera de Mula. Decía que estaba muy nerviosa. Eso es normal, le decíamos. Por desgracia no pudo seguir más. Se lo pasó muy bien -al fin y al cabo es una experiencia bonita-, pero comentaba que se le había pasado muy rápido. Entendí perfectamente esa sensación. Es el poco aire que se respira en el set, que te atrapa. Cuando menos te lo esperas, ya se ha acabado. De nuevo, volvía a competir con Paco por el bote. Con algo de suerte pude aspirar a llevarme los dineros. Mil y pico euros. El día primero nos enteramos que acababan de llevarse el bote más gordo de la historia del programa, más de 16.000 euros. Igualmente, era una cosa emocionante. Spoiler: no me lo llevé. Y no sólo eso, sino que protagonicé una pifia de enorme calibre de la cual espero que no tenga demasiado recorrido. Pregunta. Único escritor colombiano ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras. García Márquez, dije la primera vez. Se termina la ronda, se ven los aciertos y fallos y vuelta otra vez. Incorrecta. Pregunta. Único escritor colombiano ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Pido comodín porque no tengo otra. Has hecho bien en pedirlo, me dice Fran Sáez. Con el uso del comodín dichoso, te dan dos opciones para elegir. En este caso, Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis. ¿QUÉ VOLVÍ A RESPONDER? García Márquez. Porque sí. Por narices. Yo no sé cómo la peña del estudio pudo mantenerse serena. Fuera mi madre y mi tía tirándose de los pelos, claro. Total, haciendo la vuelta resulta que cometí dos errores más. Y cuando volvimos a la pregunta del puñetero Príncipe de Asturias, no me lo podía creer. Momento tierra trágame. "Muy listo no soy", dije en alto. Se rió hasta la cámara. En fin, pasas que cosan. Los nervios, la tensión y la obcecación. Terminamos, se acerca Carolina y me dice meada de risa que va a enviar el corte al APM. No, por favor. Después vinieron las risas. Pero después. Madre, qué bueno.
Salimos y paramos lo justo para cambiarnos de ropa y grabar el siguiente programa del tirón. La verdad que ahí ya me encontraba algo cansado, pero con la misma ilusión. Fuera ya esperaba el nuevo concursante, Antonio, quien contó que había estado en Saber y Ganar. Me encantaría ver qué cara puse al escuchar eso. "Bueno, no hay que achantarse", pensé. Volvemos para dentro. Creo que en prácticamente todo el programa estábamos igualados. Algo por delante de Antonio, y Paco un poco por debajo de los dos -comentaba que esta vez sí que se iba-. Llegó la última prueba antes de comprobar los marcadores y ver quién se iba para su casa. El Ton Ton. Te dan de manera progresiva unas pistas sobre algo que tienes que adivinar. Paco consiguió remontar para no quedarse fuera. El último ton ton era sobre Mecano. Y en una de las pistas, se decía los nombres de los integrantes (Nacho, José María y Ana). Y Fran dijo, para animarnos a responder y llevarnos los kilómetros: "¡Una canción de Mecano!" En ese momento, no caí que iba por delante de quien más me preocupaba, Antonio. Y apreté rápidamente el botón. "Coño, una canción de Mecano. Pues digo una y listo". Se me cruzó el cable de una manera terrible. Nada más cometer la acción sé que la he cagado, porque Fran comentó algo al respecto. Y efectivamente. O sea, una canción de Mecano de no se qué álbum, sin más. ¿Para qué pulsas? En fin. Perdí creo que diez kilómetros y a la siguiente pista, Antonio pulsó. "La fuerza del destino". Y esa era. Me superó en cinco kilómetros. Si me hubiera callado, habría pasado. Pero me inmolé por ese pantallazo azul. Error 404. Una pena, pensé. Pero bueno, prefería quedarme con todo lo que había hecho (y experimentado) en sólo tres programas. Y con las bromas de la H. Nunca una letra muda hizo tanto ruido, me dijo Carolina. Salimos de grabar y todo el mundo estaba soliviantado. "¿Pero qué has hecho? ¡Haberte estado quieto!", me decían mi madre y mi tía con buen humor. Qué persona más extrema soy. Capaz de acertar lo más difícil o lo más impredecible y después cometer tremendos gazapos. Qué le vamos a hacer.
Balance de la experiencia: absolutamente positivo. Pero vamos, de largo además. Para haber ido antes, sin duda, porque ahora me quedaría menos para volver; cosa a la que me invitaron. Fran me animó a echarme una foto de recuerdo con él y con Gauchito. Qué grandes tipos y qué grandes profesionales. Ellos y toda el personal que reconocí. Y todos los concursantes con los que coincidí. De verdad, una maravilla. Con toda mi buena voluntad animo a todo el mundo a, primero, ver el programa a menudo porque está muy gracioso, y segundo, que se apunten cuanto antes; que se lo van a pasar de lujo, van a tener una historia que contar con los colegas y van a ganar mucha platita. Muchas gracias. Gracias, de corazón.

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